La facilidad de uso de las redes sociales académicas, su popularidad y sus servicios de valor añadido son las razones por las que muchos investigadores las prefieren para compartir sus publicaciones en abierto frente al repositorio de su propia institución. En estos últimos el proceso de depósito es más lento y complejo, pero por el contrario proporcionan una infraestructura interoperable, sostenible a largo plazo y sin ánimo de lucro, contienen metadatos de calidad y garantizan el respeto de los derechos de copyright que conservan las editoriales.
La coexistencia de ambos en el actual escenario de publicación científica ha sido objeto de debate en el último número de la Revista PH, que edita el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, donde han participado 30 especialistas de primera línea y responsables de repositorios institucionales.
Involucrar a los investigadores en el repositorio institucional
Varios estudios han demostrado el desconocimiento de los repositorios institucionales por parte de los académicos y del papel que juegan en la difusión de la investigación científica en abierto. Para Javier Sánchez Pérez, director de Sistemas de Información de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, «es importante que los investigadores se sientan involucrados en el repositorio de su institución, pero sin que les suponga mucho esfuerzo». Para ello, los repositorios vienen trabajando para facilitar el proceso de depósito e implementar servicios de valor añadido, como proporcionar estadísticas de uso y el envío de alertas sobre nuevas publicaciones.
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Navarra en 2016 concluyó que «la decisión de publicar en revistas de acceso abierto o de depositar sus trabajos en repositorios está directamente relacionada con la recompensa académica y el reconocimiento profesional», recuerda Rocío Serrano, responsable de la Biblioteca del Campus de Madrid de la Universidad de Navarra. Los mandatos de las universidades son un punto de partida, «pero lo definitivo sería que tuviera un reflejo en los sistemas de evaluaciones», opina Serrano.

Desventajas de las redes sociales académicas
Pese a la facilidad y prestaciones de las redes sociales académicas, no están exentas de inconvenientes que en muchos casos pasan desapercibidos. Al estar regidas por empresas con ánimo de lucro, tienen la necesidad de obtener beneficios económicos para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, que no está garantizada. Por otra parte, estas redes dejan recaer la responsabilidad sobre los derechos de propiedad intelectual de las publicaciones compartidas en el propio investigador, que muchas veces desconoce esta circunstancia.
Coexistencia necesaria de repositorios y redes sociales
Para Amparo Cózar, responsable de Dadun, el repositorio institucional de la Universidad de Navarra, es posible la coexistencia de ambos. En este sentido, Cózar defiende que los investigadores depositen en el repositorio sus publicaciones y que en las redes sociales se enlace al repositorio. En esta línea, Alexandre López-Borrull, investigador de la Universitat Oberta de Catalunya, defiende que el depósito en ambos tipos de plataforma «acaban siendo dos momentos de un mismo proceso continuo». Así, «el repositorio institucional describe el global de nuestra institución, mientras que los perfiles de los investigadores en las redes sociales académicas los describen a ellos.»
El papel de Google Scholar y los buscadores en la difusión de la investigación
Los buscadores se han convertido en otro aspecto a tener en cuenta en la difusión de la investigación, pues a través de ellos se descubren nuevas publicaciones. En este sentido, explica Alexandre López-Borrull, los repositorios quedan muy bien posicionados en Google Scholar y las redes sociales en el buscador general, por lo que se justifica aún más esa visión integradora de ambos.
Las redes sociales académicas no son acceso abierto
Sin embargo, alertan los expertos, compartir en las redes sociales no es acceso abierto. Francisco Jesús Martínez Galindo destaca que «el concepto de acceso abierto choca en estas plataformas donde documentos o ficheros están tras el muro que significa tener que identificarse y tampoco facilitan métodos para extraer datos de su sistema.» Finalmente, el investigador debe ser consciente de que las exigencias de los proyectos de investigación respecto al depósito en acceso abierto no contempla las redes sociales.

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